jueves, 12 de noviembre de 2009

Tu cuerpo,
sabana tibia que me envuelve en las noches,
tu cuerpo,
la sal de esa calida marea,
la arena más suave que mis pies han tocado...

Tu cuerpo, templo vivo de los
bienechores,
puerto al que quiero regresar,
anidar ahi y encubar mis crías.

Tu cuerpo... la oración más corta que me haces escribir.