Te he dicho que te nombro en sueños,
que apareces desnudo al ras de mi cama,
nombrándome, contándome tu amor,
que te beso con calidez,
con ternura,
que me paro rápido
y doy un salto de felicidad.

Te he dicho que corro a prepararte un café,
un plato de fruta,
un pan,
un vaso con leche,
que me dices en sueños
que no quieres nada,
que me necesitas a mi.

Te he dicho que en sueños hacemos
el amor,
corremos desnudos por las sabanas
húmedas que cubren nuestros cuerpos,
y no termina, nada termina,
el sueño es el mismo,
el sueño es eterno,
nos mudamos a las sabanas,
vivimos en ellas, hasta que forman parte
de nuestra figura,
de nuestra piel seca, mojada,
color distante e irreconocible,
ya no comemos, ni bebemos,
no vemos el sol ni la noche,
vivimos en nosotros….

Olvidamos nuestros nombres,
ahora tú eres el amor, yo el deseo,
Tú eres: beso, yo: caricia.

Ahora no somos de ellos
ni siquiera nos recuerdan,
armamos nuestro mundo eterno…

solo es un sueño y hoy despierto.

La soledad de estos lugares me da miedo,

me acongoja,

consigo dormir porque sé que estarás a mi lado

al despertar,

consigo encontrarme con mis sueños

porque en cada uno de ellos,

existes tú.

Cubranomos de noche y dejemos

que nos pinte del color más apropiado.

Me he despertado con ganas de ti, con deseos

de comerte a besos, de llenarme de los viejos

ideales que trazamos camino a casa.

Viaje eterno que es tu espalda,

mi viaje eterno cubierto de marcas,

de viejos recuerdos, de dolorosos llantos,

de risas incensatas...

Tiempo, cociname con tiempo, lentamente,

conviertete en la uña encarnada y quedate

aquí.

Talvez sea la unica manera de compartir una eternidad.

Hoy te pense cuando cruzaba la ruina eterna
de los versos
que he roto en pedazos,
todos tenian tu nombre.

Y hoy se estan quemando,
se vuelven cenizas eternas,
completas,
llenas de insasiedad.

Hoy te deje caer de mis manos,
te has roto ante mis pies,
he descubierto el interior
que te formaba. -era tan negro-

Me has dado miedo, me hs convertido
en la unica cosa que no volveras a ver.

Intento sumergirme entre los restos
de las letras que me tiras,
entre las ideas que me planteas
a travez de silabas congeniadas.

Intento sometizar mi cuerpo
y no dejarme caer en la imaginación
eterna de una felicidad inexistente,
busco la libertad de mis gestos
ante tu rostro.

Quiero probarte como saboreo
tus letradas conclusiones,
quiero porfundizar entre el tiempo
para poder comprender
todas las acciones que realizas.

Podria talvez, invitarte a unirte
a mi vida, a formala conmigo,
a vivirla de nuevo, porque todo esto
es un comienzo, un recuerdo que no
se ha escrito, una idea
que no tiene nombre.


Una pretención bien disfrazada.

Para que la muerte me alcance, bebere de tu cuerpo
un día más,
comere tus letras, tus ideas, me fumare tu tiempo,
tu espacio...

Para que la muerte se burle una vez más de mi,
te sufrire bajo las sabanas humedas del domingo,
del martes y miercoles,
correre tras la cumbre delgada que es tu espalda,
me sumergire en tu entrepierna...

Para que la muerte se asuste te mentire,
matare poco a poco mis pensamientos,
mis pensamientos hacia ti,
te torturare entre pedazos grandes de indiferencia.


Para que la muerte me corrija me alejare de ti.

¿qué tal si me besas el vientre y mueres en cada roce?

porque no desapareces si mi cabeza ya no te implora
tu presencia,
si hemos aprendido a vivir sin tus manos [mis noches y yo]
si conocemos nuestra vida arruinada por tu
nombre y sabemos dar la media vuelta
cuando es correcto hacerlo.

porque no solo dejas que la noche me consuma
entre llantos y viejos recuerdos, entre deseos consumados,
fantasias nunca hechas, entre letras memoriadas
con tu nombre en cada silaba, entre los días que te tube
y los que no te tengo.

porque no solo dejas que muera, no me retengas en la memoria,
borrame como quien borra al tiempo de su mano,
borrame como quien olvida cumpleaños y mata días felices.


Borrame con la muerte eterna que quiere acompañarme.